Que la música en general y tocar un instrumento aportan beneficios múltiples es bien sabido. Cada vez son más los especialistas que recomiendan el mantenimiento de la formación musical en los programas educativos para para mejorar las habilidades lectoras y de escritura, mejorar la plasticidad cerebral o la memoria o aumentar la inteligencia espacial (capacidad para percibir de forma detallada el mundo y formar imágenes mentales de los objetos).
Poco se había estudiado, no obstante, sobre la influencia entre la música y la función ejecutiva. Ésta comprende aquellos procesos cognitivos de alto nivel que permiten a las personas procesar y retener información, regular sus conductas, tomar buenas decisiones, resolver problemas, y planificar y adaptarse a las cambiantes y rápidas demandas mentales.
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